Maria Camila Valencia M. 11º
En algún lugar entre los castillos de misiles y los jardines de amapolas se encontraba Helena…Una joven que recién había terminado el colegio y que como casi todas las mujeres de la época, sabía que tenía que ayudar a la economía de su familia, por eso no siguió su camino a la universidad, sino que tenía que comenzar a trabajar…Una amiga suya le comentó de un trabajo en una estación de gasolina, ella accedió a trabajar allí…Lo que helena no se imaginaba era que éste iba a ser el viaje más largo y desastroso que iba a hacer.
Resulta que el dueño de la estación era un hombre, un capo, un monstruo que tenia por apodo: Care mico, este hombre la llenaba de regalos para ella y su familia, a su vez la princesa iba escalando puestos laboralmente hablando, comenzó como una simple asalariada de la bomba, luego fue la administradora del sitio y terminó trabajando en la oficina del mafioso, éste fue el lugar para que ellos se conocieran personalmente y se hicieran muy amigos…
En medio de este mundo de cristal en el que vivía, Helena conoció a un piloto que trabajaba con Care mico y se enamoraron…
Una noche cualquiera, de una fecha cualquiera el mafioso los sacó a comer a un sitio cualquiera en Las Palmas, asimismo de una forma cualquiera les dijo: “Los voy a matar después de comer porque a mí no me gusta ese romance…a Helena la voy a enterrar ahí (señaló) y a Eduardo allí (señaló)”
En ese preciso instante a Helena en mundo de cristal se le partió en las manos, sin embargo sabía que tenía que volver a la realidad, lo hizo, lo hicieron y no pararon de suplicarle al monstruo por un poco mas de vida…Este les habla de una última solución, la cual consistía en que Eduardo se fuera para Cali a casarse con una mujer que Care mico ya tenía lista y que lo estaba esperando, y que la princesa se quedara con el monstruo, con la bestia, con el ogro…En fin, dicho y hecho, Eduardo y Helena jamás se volvieron a ver…
Tiempo después a la oficina de Care mico llegaron unos hombres con vestimenta de militares (después descubriríamos que realmente eran otros monstruos del cartel de Cali) a asesinar al mafioso, Helena se hizo en el medio y… Bueno, esa fue la bala que paró la montaña rusa en la que la princesa estaba montada, la de ella y la de su amante empedernido…
Historias como estas en Colombia hay muchas, es impresionante ver y oír a gente de esta generación reír, hablar de esperanza y soñar, soñar con un país justo, en el que las personas pudieran valer más que el mismo dinero, en el que esos monstruos tuvieran miedo de entrar y en el que la revolución y la frase:”No más!” sean tenidas en cuenta…
Nota: Los nombres de los personajes de la historia han sido alterados por privacidad y seguridad.
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